La fecha  de nacimiento de este museo es el 5 de noviembre de 1983, pero hasta agosto de 1996 no cuenta con sede propia. Para entonces, ya han comenzado los trabajos de refacción en la casa natal de Mane.

Allí abre sus puertas al público con la inauguración de parte de su primera sala, Serguei Obrastzov, en la que  se exhiben títeres de África, Europa, Asia y Oceanía.

En julio de 1999, se suma a la exposición permanente la sala Moneo Sanz, dedicada a los titiriteros argentinos, y en diciembre del año 2000, la sala latinoamericana, en homenaje a Lola y Mireya Cueto, titiriteras mejicanas, de quienes se ha recibido una exposición en el 2006.

El museo cuenta con una  sala de espectáculos, la sala de teatro Federico García Lorca donde se realizan exposiciones, se dan charlas, funciones para niños y para adultos. Allí suele escucharse la voz del poeta diciendo: “Callad, para que el silencio se quede más clarito, como si estuviese en su misma fuente.” (Los títeres de Cachiporra).

 

Las fundadoras de un sueño

Mane Bernardo y Sarah Bianchi fueron pioneras del gran movimiento titiritero nacional.

Mane, profesora de dibujo, grabado y escultura, funda en 1944 el Teatro Nacional de Títeres del Instituto Nacional de Estudios de  Teatro.

Sarah, profesora de letras y artista plástica, se incorpora poco tiempo después. Juntas se dedican a la adaptación y puesta de clásicos y experimentan variedad de técnicas y posibilidades del teatro de títeres, que a través del tiempo, las lleva a recorrer el mundo y a compartir experiencias con muchos colegas.

También a incursionar en terrenos del cine y la televisión, demostrando las muchas e infinitas posibilidades del títere como disciplina y eje terapéutico, tratando que los experimentos modernos no los alejen de este fascinante arte milenario, el cual es inherente al ser humano. Por lo que en cualquier rincón del mundo, en cada cultura con sus variantes, existe un títere.

Mane Bernardo y Sarah Bianchi, han formado una dupla inquebrantable y dejaron una larga estela detrás suyo, una gran escuela dentro del oficio.

Un gran aporte a la educación y pedagogía, formando docentes en el área de títeres y demostrando el amplio valor que este arte tiene como herramienta pedagógica.

Resultado de esta trayectoria es el MUSEO ARGENTINO DEL TITERE con más de 500 títeres en exhibición, producto de muchos  intercambios  y adquisiciones propias. 

Un centro de documentación  y Biblioteca  con un material  iconográfico y  bibliográfico de gran valor para investigadores y docentes.  El Museo sigue siendo único en su tipo en el País y en Latinoamérica.